sábado, 30 de diciembre de 2006

Repasando el 2006

El 2006 llega a su fin. No sé si ha sido un año bueno o malo, lo que sí sé es que ha sido intenso. Comenzó muy estresante con las prácticas en la tele del poli y los exámenes, fue entonces cuando aprendí lo bueno que es gritar a pleno pulmón de vez en cuando, luego continúo con uno de las semanas más fantásticas de mi vida, el ansiado viaje de fin de carrera... (Pullmantur, Mónacos, tornado, 'tu catalán'... son palabras que no olvidaré en la vida), luego vinieron de nuevo los exámenes y el estrés o no de acabar la carrera.

Este año he tenido también problemillas familiares, unos han ido a mejor, otros siguen igual. Son temas de los que ya os hablaré más adelante. Mi vida ha cambiado mucho.

Luego llegó el verano, ya era licenciada en Comunicación Audiovisual, y me invadió una especie de vacío. Y eso que continuaba yendo todos los días al aulario donde había cursado mis cinco años de carrera, para hacer un curso del SERVEF, lo cuál indica que estaba en el paro.

En verano también, rodé un corto y en el corto hice buenos amigos. Fue una gran experiencia. Luego he vuelto a la tele en la que el año pasado hice las prácticas, con mejores condiciones, pero sin pasarse. Y he empezado a trabajar en un diario que digamos no va demasiado con mi ideología, en el que he encontrado otro jefe al que odiar, algunos amigos y una compañera que desata mis peores instintos, algún día os hablaré de ella.

Para despedir el año, celebro una fiesta en mi piso. Por fortuna mis compañeros de universidad son ahora mis amigos. Es difícil vivir fuera de tu pueblo y luego al acabar los estudios, no volver. Es difícil mantener la amistad de tus amigos de toda la vida con los que ahora ya no compartes tu tiempo.

En definitiva ha sido un año de cambios, de grandes cambios. Creo que he madurado bastante, aunque reconozco que nunca he sentido tanto miedo por hacerme mayor como este año. El otro día en el CAP me enteré que hasta los 12 o 13 años no somos capaces de pensar en el futuro con varias hipótesis. En ocasiones me gustaría pasar unas horas en un cerebro de niño de 10 años.

Aprender a vivir no es fácil, pero es la mejor experiencia que podemos experimentar.

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